sábado, 2 de junio de 2012

Derivados financieros (2): Futuros

En la entrada anterior veíamos la definición de contratos forward y algunos de sus inconvenientes. Para resolver algunos de esos problemas se crearon los contratos de futuros, llamados normalmente futuros. Un futuro no es sino un contrato forward estandarizado y que cotiza en un mercado. Las diferencias fundamentales entre ambos son las siguientes:
  1. Las partes a ambos lados del contrato son anónimas: En un forward un comprador y un vendedor se ponen de acuerdo (cantidad, precio, fecha de entrega...). En el mercado de futuros compradores y vendedores no se conocen y es la bolsa o lonja correspondiente la que se encarga de "emparejar" compradores y vendedores. Este mecanismo provee al mercado de futuros de una gran liquidez ya que tanto compradores como vendedores pueden deshacer sus posiciones sin necesidad de llegar a un acuerdo con la otra parte. Ej: hoy compro un futuro de trigo para diciembre de 2014 y puedo venderlo mañana o dentro de dos meses sin que la parte vendedora se vea afectada. 
  2. Son contratos estándar. Así cómo en los contratos forward hay que establecer muchos términos (producto, calidad del mismo, cantidad, lugar de entrega, fecha de entrega, precio, etc.) el futuro está estandarizado. El producto, cantidad, calidad, fecha de entrega están determinados (el lugar de entrega cotiza de otra manera y se denominan bases). 
  3. Liquidación diaria. Este es el meollo de la cuestión: mientras en un contrato forward cuando llega el vencimiento (la entrega) es cuando ambas partes hacen el ajuste de cuentas, en los mercados de futuros este ajuste se realiza todos los días. ¿Qué significa ésto? Básicamente que al final de cada día se evalúa el valor del contrato y se exigen (o pueden exigir) depósitos a los tenedores de contratos para garantizar el cumplimiento de las obligaciones. Al final de cada día, todos los contratos de futuros son valorados y se ve quien tiene resultados positivos (han comprado futuros de productos que han subido o han vendido futuros de productos que han bajado) y se les anota en cuenta el beneficio de ese día, mientras que aquellos que tienen una posición perdedora reciben una "factura" por las pérdidas acumuladas.
La mayor parte de los contratos de futuros (el 99%) no llegan nunca a ejecutarse. Esto viene a significar que una tonelada de trigo en el mercado de futuros de Chicago, por ejemplo, cambia de manos cientos de veces antes de ser entregada... y muchas de esas veces incluso antes de haber sido sembrada. El hecho de que muchas materias primas coticen meses e incluso años antes de haber sido producidas no es algo negativo: emiten señales de precios a los productores para que siembren aquellos productos para los que hay una fuerte demanda futura (precios altos) en sustitución de los que son menos competitivos. El agricultor además puede vender futuros a esos precios altos y garantizar una rentabilidad a su cosecha.

Un ejemplo sencillo: Harinas Rinas S.A. va a producir dentro de 3 meses 5.000 toneladas de harina. Actualmente el precio del trigo es de 200€ por tonelada y es un precio con el que espera ganar dinero con su actividad por lo que le interesaría cerrarlo. (El importe total a pagar por el trigo sería de 1.000.000€).  Para ello compra 500 futuros de 10 toneladas al precio actual. Llegados tres meses, el precio del trigo es de 250 euros, por lo que el contrato que adquirió vale 250.000 euros  (50 euros de mejor precio por 5.000 toneladas). Harinas Rinas S.A. deshace su posición (vende sus futuros) y cobra los 250.000 euros de beneficio. A continuación acude a su proveedor habitual de trigo al que paga 250€, por tonelada un total de 1.250.000 euros (250x5.000). Al final, la harinera ha pagado al proveedor el precio del trigo del día (250€), pero su posición en el mercado de futuros compensa la diferencia de precio de forma que equivale a haber pagado un precio de 200€, esto es, el millón de euros que deseaba cerrar al principio del ejemplo.

Un detalle curioso del ejemplo es que la harinera es compradora de trigo y sin embargo deshace su posición en el mercado de futuros: es una operación en la que el trigo "cambia de manos" sin que llegue a su destino final, pero no ha sido una operación especulativa sino de cobertura de riesgos.

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