viernes, 30 de mayo de 2014

¿Han crecido los beneficios empresariales a costa de los trabajadores?

Parece que forma parte del discurso oficial, de la realidad que todos conocemos: la remuneración de los trabajadores (y los salarios) han caído durante la crisis frente a unos crecientes beneficios empresariales. ¿De verdad es así?

Lo cierto es que con un número de ocupados cada vez menor mantener la remuneración total de los asalariados hubiera supuesto unos incrementos salariales capaces de compensar por la pérdida de empleo. Sabemos que no ha sido así: si bien en los primeros años de la crisis los salarios continuaron subiendo por la mera aplicación de los convenios existentes a partir de la aplicación de la nueva normativa laboral parece que la tendencia se invirtió. En cuanto a las posibles narrativas de fondo tenemos la de los malvados empresarios y gobierno apoyados por la troika y todo lo que se menee que han aprovechado el nuevo marco laboral para conseguir ganar más dinero a costa de los trabajadores. Otra narrativa (que cuadra con las elevadas cifras de desaparición de empresas) también hace compatibles los hechos señalados: si la empresas en pérdidas (con beneficios NEGATIVOS) cierran por la crisis esto tiene dos efectos:
  • la suma del total de beneficios empresariales crece puesto que ya no restamos pérdidas de las empresas que han cerrado
  • la suma de la nómina total de la economía decrece puesto que los trabajadores han quedado en la calle
Esta segunda narrativa es compatible con un incremento de beneficios y un descenso de salarios sin que uno haya sido a costa del otro sino ambos resultados colaterales del cierre de un sinnúmero de empresas en pérdidas.

Todo esto está muy bien, pero... ¿de verdad han crecido los beneficios empresariales?¿Podemos saberlo?.

En distintos medios se hacen eco de los datos de contabilidad nacional. Por ejemplo aquí.
El problema es que donde figura "beneficios de las empresas" debería figurar la palabra "excedente bruto de explotación". Y ambas cosas no son lo mismo... NI DE LEJOS. Aquí lo expliqué.

Así pues... si el excedente bruto de explotación no son los beneficios de las empresas... ¿tenemos alguna referencia de cuánto pueden ser éstos y cómo han evolucionado durante la crisis?. Traigo aquí dos estimaciones o fuentes de datos alternativas que pueden ayudarnos a hacernos una idea del importe que suponen y su evolución reciente.

La primera fuente es la propia Hacienda, la Agencia Tributaria y los datos sobre Impuesto de Sociedades. En principio las empresas tributan por los beneficios que obtienen. Los beneficios contables no son exactamente iguales que los fiscales pero sin duda son magnitudes muy cercanas. Alguien podrá suponer que si las empresas no declaran todo a Hacienda (fraude fiscal) habrá beneficios encubiertos. La afirmación es totalmente cierta. Sin embargo no parece sensato pensar que haya habido grandes oscilaciones en cuanto al volumen del fraude fiscal en un plazo tan corto: es lógico pensar que sea de una magnitud similar en 2008 que en 2012. Por otro lado también parece lógico pensar que los defraudadores ocultarán beneficios cuando éstos son altos para evitar pagar a Hacienda pero no ocultarán información cuando son bajos o están en pérdidas. En cualquier caso, a falta de esa información podemos utilizar la información de hacienda para ver si las empresas han ido declarando más o menos beneficios durante la crisis. A continuación copio una tabla de aquí (Cuadro 1.3).
Los beneficios declarados a Hacienda han caído pues desde 2008 desde 111.602 millones de € hasta 73.840 millones de €. Un 34% aproximadamente.

La otra fuente de datos sobre beneficios empresariales que presento aquí es la Central de Balances del Banco de España. No se trata ni de una encuesta ni de un censo. Los datos pues no son una muestra aleatoria y hay que tomarlos con mucha cautela ya que es información proporcionada voluntariamente por empresas durante al menos dos años consecutivos. La propia naturaleza de los datos hace pensar que están necesariamente sesgados. Pero sesgados o no, son los que tenemos. ¿Y qué dicen?. Copio la siguiente tabla de aquí (hacer click sobre la imagen para verla más grande):


Como las empresas que participan dan resultados mínimo de dos años las de 2008 dan información comparable para 2007 y 2008, las de 2009 para 2008 y 2009 y así sucesivamente. El número de empresas participantes se indica en la primera línea.

 Si nos vamos a última linea "Resultado Ordinario Neto" podemos ver cómo las empresas participantes declaran todos los años menores resultados en el ejercicio "corriente" que en el anterior con la excepción del año 2010 (¿Tenía razón Elena Salgado con los "brotes verdes"?). En la siguiente tabla he calculado la variación anual de cada año y la he concatenado en un índice con base 100 en el año 2008 para ver si se parece a los datos de la Agencia Tributaria:

El índice de 69 para el año 2012 nos indica que según la Central de Balances del Banco de España los beneficios empresariales cayeron desde 2008 en un 31%. Una cifra muy parecida a la proporcionada por la Agencia Tributaria.

¿Conclusión? Son datos de 2012. Todavía no tenemos los datos de 2013 pero mucho tendrían que crecer las empresas españolas para llegar a los niveles previos a la crisis.

A pesar de las bonitas narrativas (en un sentido o en otro) descritas al comienzo de esta entrada los datos desmienten ambas... porque los datos desmienten la interpretación general. Si bien es cierto que los trabajadores han sufrido muy duramente las consecuencias de los tiempos que nos toca vivir tampoco parece que las empresas estén especialmente boyantes. Y es que una empresa que despide es una empresa que no va bien...


miércoles, 28 de mayo de 2014

Seguimos a vueltas con los impuestos

Esta tarde se suscitaba una discusión en Twitter a cuenta de la "noticia" sobre un informe de Intermon Oxfam que se puede descargar aquí. No he leído el informe (excepto para asegurarme de que dice lo que los medios dicen que dice, que no se puede fiar uno ya de nada ni de nadie...) pero la afirmación que ha suscitado la discusión tiene que ver con el siguiente dato:
Las familias aportan alrededor del 90% de la recaudación, y las empresas el 10% restante.
Lo que más me ha sorprendido es que alguien considere el dato noticiable. Basta con echar un vistazo a la información que publica la Agencia Tributaria para saber quién y cómo paga impuestos en este país. Es bien sabido que todo tipo de asociaciones y organizaciones necesitan hacerse presentes periódicamente en los medios para lo cual no tienen ningún pudor en hacer refritos de datos de fuentes oficiales u oficiosas y publicarlos como algo novedoso para que se hable de ellos. Por ejemplo, todos los años en el mes de septiembre nos meten la "morcilla" de lo que cuesta la "vuelta al cole" y que tan bien ha comentado Josu Mezo @malaprensa en su blog.

Dicho esto entro a hacer algunas precisiones sin entrar en mucho detalle:

1) En realidad son las familias quienes pagan el 100% de los impuestos en España. Aunque digamos que las "empresas" pagan una parte no dejan estas de ser propiedad de las familias (sí... la familia Botín es una familia y presentan sus declaraciones de IRPF, o eso creo). El dueño de una mercería o de una granja de pollos es una "familia" y en la medida que su empresa paga impuestos vale un poco menos, de modo que en última instancia es una familia la que "paga" el Impuesto de Sociedades. No obstante continuaremos hablando de empresas que pagan impuestos for the sake of the argument.

2)En el informe señalado anteriormente se desglosan las bases imponibles  de los hogares y de las empresas:

En la tabla se puede observar como en la parte de "Rentas antes de impuestos" (bases para impuestos directos) son de 553.614 millones de € como renta bruta de los hogares y 73.840 millones de € como base imponible (beneficios) de las empresas. (Atención: no confundamos el culo con las témporas en este punto; renta bruta de los hogares incluye tanto rentas del trabajo de familias trabajadoras como otro tipo de rentas incluidas las percepciones de dividendos pagados por las empresas a sus accionistas).

Hagamos la lectura del cuadro anterior: en cuanto a bases para impuestos directos (IRPF  e IS) el 89% de la renta antes de impuestos la perciben los hogares y el 11% restante lo constituyen los beneficios consolidados empresariales. ¿A que el dato de Oxfam ya no parece que sea tan raro?

Pero claro... sólo he hablado de los impuestos directos. Luego están los indirectos como el IVA que gravan el consumo. ¿Cómo quedan las cuentas al final?. En el mismo informe aparecen también los cuadros de tipos de gravamen (qué porcentaje de las bases se pagan finalmente) y la cantidad recaudada. Las muestro a continuación:

Los hogares pagan un 12,5% de la renta bruta que perciben y las empresas un 19,3% de sus beneficios. El IVA supone al final un 13,4% del consumo y los impuestos especiales un 21,8%. Y sí... el impuesto sobre sociedades no suma más que 14.229 millones de € respecto a un total de impuestos devengados de 153.966 millones de €; algo menos del 10%. También es verdad que la suma de todos los beneficios empresariales no llega a la mitad de todo lo que se recauda vía impuestos en España. 

Pero aquí también falta algo. Por ejemplo los ingresos públicos derivados de cotizaciones sociales no figuran aquí puesto que no se trata formalmente de impuestos (aunque en realidad se tratan de impuestos sobre el trabajo lo cual no deja de aportar una perspectiva interesante aplicada al problema del paro). Y las empresa cotizan un porcentaje superior al 30% de lo que constituye el importe de las nóminas brutas. (Aunque las empresas coticen estaría bien saber quien es realmente el pagano: ¿podrían ser los salarios más altos o haber más gente trabajando con porcentajes inferiores? Dejaremos esta cuestión para otro día). 

Hasta aquí una mera exposición de los datos que se pueden encontrar fácilmente. A continuación me gustaría señalar una cuestión en relación al argumento esgrimido por @jzamorabonilla en la discusión en Twitter:

 Vamos a poner un ejemplo por el que creo que dicho argumento es falso. Supongamos que un profesional puede hacer una operación comercial por la que va a ganar 100.000€. Supongamos que puede hacerlo de forma personal y dicho importe se sumará a su renta y pagará IRPF. El tipo marginal del IRPF para ese nivel de renta es actualmente del 47%. Tiene también la oportunidad de hacerlo a través de una empresa. La empresa paga el 30%. Aparentemente le conviene realizar dicha operación a través de la empresa ya que un 30% es inferior al 47%. Pero ¡ojo!, si luego quiere llevarse el 70% restante a su casa ¡tiene que volver a tributar en su IRPF! esta vez como rentas del capital que actualmente tienen una tarifa ligeramente progresiva entre el 21 y el 27%. Si hacemos las cuentas en una hoja de cálculo veremos que el resultado final es muy parecido: un 49% de impuestos.

Si las rentas del capital tributaran igual que las rentas del trabajo los tipos impositivos serían más altos de los correspondientes. En el mejor de los casos el 30% de IS añadido a un 21% sobre las rentas del capital supone un 44.7% en total o un 48.9% como máximo, muy cercano a los tipos máximos de las rentas del trabajo para rentas de más de 175.000€ anuales.

Dicho de otra manera: si mi vecina doña Marina, pensionista y con recursos limitados cobra el dividendo de unas acciones que le dejó su marido paga el 21% como rentas del capital de unos beneficios que han tributado previamente al 30%... esto es, al final ha pagado el 44,7% de impuestos respecto a lo que le correspondía como accionista de dicha empresa.

Efectivamente la progresividad es muy pequeña... ¡pero porque los tipos efectivos, lo que se lleva Hacienda, son altos!.