jueves, 15 de diciembre de 2011

Heterodoxia económica

Ayer estuve escuchando la charla que Stephen Marglin dio en el marco del movimiento Occupy Harvard. Llegué a él a través del blog de Greg Mankiw y es francamente interesante. Marglin es un crítico feroz de lo que él llama "mainstream economics" o pensamiento predominante. Sin embargo es un crítico razonable.

Marglin se sorprende de lo similares que son todos los manuales de Teoría Económica, independientemente de la ideología de su autor. Algunos interpretamos que existe una base de conocimiento sólidamente fundamentada y que aúna un consenso en cuanto a su validez al margen la ideología política de quien escribe. Sin embargo Marglin no opina ésto. Él cree que existe una metaideología previa que nos hace aceptar la validez de los métodos y supuestos tradicionales, ortodoxos, y que es posible dar otros enfoques radicalmente distintos y bien fundamentados (como él mismo dice el enfoque marxista o la crítica que emana de la doctrina social católica).

Creo que tiene razón desde un punto de vista filosófico, de la misma manera que entre los científicos existe una metaideología que les hace pensar que el Universo es cognoscible y que sus leyes pueden expresarse matemáticamente. Pensar que el fenómeno de la gravedad (o cualquier otro fenómeno físico) pueda expresarse matemáticamente no deja de ser una creencia. Eso sí... una creencia con un éxito abrumador tanto es sus aplicaciones prácticas como en su número de "adeptos".

Pero hay algo en la charla de Marglin que hace que me caiga bien. Afirma que su asignatura comienza con una alta dosis de teoría económica convencional, para después pasar a las críticas. ¿Por qué? Da tres razones.

La primera es que la economía tradicional proporciona un importante punto de vista para estar y conocer el mundo. Él reclama que no es el único, pero reconoce su relevancia. Dice que no es un espantapájaros ("straw man") lo que tiene enfrente sino que tiene un importante fundamento.

La segunda es que no se puede criticar lo que no se conoce. Afirma que el 99% de las críticas hacia la economía tradicional provienen de gente que "literalmente" no sabe de qué está hablando. Esto es exactamente lo que motivó mis dos anteriores entradas en este blog: para criticar algo ¡entérate de qué estás criticando!. Creo que tanto a Marglin como a mí nos molestan mucho los indocumentados que están en nuestro bando.

La tercera razón es que la economía tradicional es el lenguaje común. Él lo define como el lenguaje del poder y lo equipara con ser capaz de hablar inglés. A mí no me gusta eso del "lenguaje del poder" pero desde luego sí que existe toda una acuñación de definiciones, términos, significados que es preciso dominar para realizar una buena crítica.

Seguramente no estoy de acuerdo con Marglin en muchas cosas (soy bastante ortodoxo) pero desde luego me interesaría mucho saber qué tiene que decir sobre diversas cuestiones. Y me interesa saberlo por una razón: porque serán cuestiones documentadas, razonadas y en el mismo idioma. Una buena crítica es posible, es legítima y es importante. Una buena crítica hace al edificio más sólido.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Cansado de falacias


¡ALERTA DE TOCHO! 

(Esto es un tocho de cuidado. Me hubiera gustado dejar esto en algo más breve pero de hecho he tenido que eliminar un montón de ejemplos e información. Tal vez otro día... poco a poco...)

A veces las conclusiones son anteriores a los argumentos. Es humano: primero intuímos un resultado o una conclusión y después buscamos cómo justificarlos. En esos casos da igual la evidencia que presentemos o mostremos: quien así razona jamás admitirá que un error en el razonamiento invalide la conclusión. Por ello, no resulta interesante y puede resultar incluso contraproducente discutir con un integrista: enfrentado ante la debilidad de sus argumentos un integrista seguirá buscando la más mínima evidencia que soporte sus creencias y cada vez resultará más difícil rebatir sus posiciones... no por acertadas sino por rebuscadas e incontrastables. Cada vez que estimulamos a un integrista a buscar nuevos argumentos hacemos un flaco favor a quienes a él se acercan: si sus argumentos son pueriles existe la posibilidad de que algunos miembros de la secta la abandonen ante la ausencia de solidez intelectual. Si los argumentos se vuelven complejos, bañados en interpretaciones conspiranoicas, citas de filósofos muertos, oscuros episodios de gente desconocida, ataques ad hominem y a convertir la anécdota en categoría cada vez será más difícil ofrecer una vía de escape a quien se acerque con honestidad a los problemas pero haya caído en manos de estos estafadores intelectuales.

Hay especialistas en hacer collages a base de fotografías. Cada elemento del collage representa una imagen cierta, un determinado aspectos de la realidad retratado en un momento y lugar concretos. A partir de ahí, es posible construir con pequeños trozos de realidad una imagen más grande completamente falsa. El creador del collage invitará a analizar cada fotografía empleada demostrando su realidad para argumentar la realidad del cuadro. Y lo cierto es que cada una de las imágenes no dice absolutamente nada sobre el conjunto, por más que lo repitamos miles de veces.

Todos los días muere gente en un quirófano. A veces incluso en intervenciones triviales. Un muerto en una mesa de operaciones no es, desde luego, un argumento a favor de la cirugía. Sin embargo hay quien pretende convertir un hecho similar en un argumento a favor de las terapias alternativas. ¡NO!. Que la medicina tenga sus fracasos, no es un argumento a favor de las flores de Bach. El “iluminado” podrá alertarnos sobre la peligrosidad del filo cortante del bisturí y lo nefasto que resulta tener el abdomen abierto en canal pretendiendo señalar la maldad de la cirugía. Y es cierto... no es bueno que a uno lo abran en canal... pero es un mal menor para conseguir un objetivo superior: extirpar un tumor. En cualquier caso, pese a que la cirugía tenga sus fracasos, eso jamás supondrá un argumento a favor de terapias fraudulentas. Y argumentar así supone también un fraude intelectual. Sobre todo si se miente a conciencia.

¿Por qué digo todo esto? Porque me duele por las personas con inquietudes y aptitudes intelectuales que han decidido dedicar su vida a lo que les gusta y que no tienen tiempo ni ganas de averiguar la verdad en disciplinas que no son la suya. Por ellos, y no por los estafadores originales, es por lo que creo que es necesario denunciar las falsedades que a veces se vierten y a las que se da eco. No quiero sacar conclusiones sobre el final de todo... no me siento capaz. Lo que creo que sí es importante es señalar con el dedo a quien utiliza la falacia como argumento.

Dicho ésto paso a comentar un artículo publicado en Gara de Ignacio Ramonet. Trataré de contestar a algunos sus argumentos, señalando que una de dos: o es un indocumentado o miente a conciencia. Que el lector saque sus propias conclusiones.

Vayamos por partes:

(...) Para tener una idea de su colosal fuerza [de los mercados] basta comparar dos cifras: cada año, la economía real (empresas de bienes y de servicios) crea, en todo el mundo, una riqueza (PIB) estimada en unos 45 billones [millones de millones] de euros. Mientras que, en el mismo tiempo, a escala planetaria, en la esfera financiera, los «mercados» mueven capitales por un valor de 3.450 billones de euros. O sea, setenta y cinco veces lo que produce la economía real...
Consecuencia: ninguna economía nacional, por poderosa que sea (Italia es la octava economía mundial), puede resistir los asaltos de los mercados cuando éstos deciden atacarla de forma coordinada (...).
Lo primero que me sorprende son las cifras y la falta de fuentes. Pero no importa: las daremos por buenas aunque no sé exactamente a qué magnitud se refiere la cifra de lo que “mueven” los mercados. Para explicar este punto comenzaré con un ejemplo que todo el mundo entenderá. Yo tengo un pequeño acuario en casa, de 25 litros. En él viven 3 peces y sólo de vez en cuando les cambio el agua parcialmente. Para que el agua se mantenga estable necesito filtrarla, razón por la que hay una pequeña bomba impulsora que la hace circular a través de un material filtrante y la mantiene limpia. Pues bien, la bomba de mi acuario hace circular 250 litros a la hora. Esto equivale a nada más y nada menos que ¡6.000 litros al día!. ¿Qué tiene que ver la velocidad de circulación del agua con la capacidad de mi acuario? Nada. Si mi bomba comenzase a sacar agua de mi acuario.... ¿cuánta caería al suelo: 25 litros o 6000? Dejo al lector avispado la respuesta a esta pregunta.

De hecho, por una igualdad contable la cantidad de dinero en circulación (masa monetaria) multiplicada por el número de veces que cambia de mano ya es igual al PIB. Y sólo estamos hablando del dinero contante y sonante utilizado en las transacciones comerciales corrientes.

Los mercados financieros mueven activos de muy distintos tipos y a todos los niveles multiplicando la “cantidad de agua” que pasa por el filtro sin que la cantidad de agua del acuario se vea afectada de forma importante. Cada vez que alguien compra o vende una acción en bolsa “mueve” dinero. Hoy compro una acción. Mañana la vendo. Pasado mañana compro otra. Eso no quiere decir que yo pueda comprar la acción de hoy y la de pasado mañana simultáneamente: es el mismo dinero que entra y sale una y otra vez. Supongo que hay quien querrá ver que hay algo malo en eso, de la misma manera que en el ejemplo anterior sobre la cirugía hay quien querrá ver que es malo dejar a alguien inconsciente para abrirle el abdomen con un instrumento cortante.

Vamos a poner un ejemplo real, pero que espero que sea sencillo de entender:

Los bancos y cajas europeos (y de gran parte del mundo) están obligados a mantener un determinado nivel de liquidez en sus balances (coeficientes de caja, reservas mínimas, etc.). A veces, en la operativa diaria los bancos pueden quedar por debajo de dichos requerimientos por lo que necesitan “dinero en efectivo” para satisfacerlos. En teoría podrían (y de hecho lo hacen) acudir al mercado interbancario a un día, tomar el dinero prestado de otro banco al que le sobre efectivo y cuadrar las cifras. También pueden acudir al Banco Central Europeo y hacer una operación bilateral: en términos sencillos, el banco pone a disposición del BCE en forma de garantía un activo financiero (por ejemplo deuda pública en su poder) con el correspondiente “recorte” (el BCE no va a aceptar por ejemplo deuda griega por su valor nominal) y a cambio le presta la liquidez a un día. Al día siguiente la operación debe deshacerse, multiplicando por dos el dinero que se “mueve”. A veces estas operaciones se hacen a plazos más largos: de una semana a tres meses. Las operaciones de liquidez a un día que realiza diariamente el BCE suponen cerca de un 10% de su balance, lo que significa un 10% de todos los billetes y monedas que hay en circulación en toda la Unión Monetaria. Si el año tiene 250 días hábiles vemos cómo solamente con las necesidades de financiación a un día del BCE se “mueve” un importe equivalente a 25 veces todos los billetes y monedas emitidos sólo en un año. Podríamos seguir detallando operaciones de mercados financieros que “mueven” muchísimo dinero como el filtro del acuario... una y otra vez el mismo y sin posibilidad de que en ningún momento se mueva todo a la vez.

Es importante percatarse, para no sacar conclusiones equivocadas, de que el BCE no “presta” a los bancos: les cambia activos elegibles (no todo vale) por liquidez con un horizonte en el cual la operación debe deshacerse. El banco paga al BCE por esta operación un tipo de interés relativamente bajo, pero vemos cómo no tiene ningún sentido lo que afirma el Sr. Ramonet:

Estos establecimientos, por lo demás, consiguen fácilmente dinero del Banco Central Europeo al 1,25% de interés, y se lo prestan a países como, por ejemplo, España o Italia, al 6,5%... De ahí la importancia desmesurada y escandalosa de las tres grandes agencias de calificación (Fitch Ratings, Moody's y Standard & Poor's) pues de la nota de confianza que atribuyen a un país depende el tipo de interés que pagará éste por obtener un crédito de los mercados. Cuanto más baja la nota, más alto el tipo de interés.

Si esto fuese así.... ¿cómo podría haber entidades de crédito en dificultades? ¿Por qué pagan ahora los depósitos al 4 y 4,5%? ¿A alguien le suena el concepto de “disonancia cognitiva”?.

Para empezar, como hemos dicho, los bancos (en Europa 1.700 entidades de crédito pueden acudir a la mayor parte de operaciones del BCE) no toman dinero a préstamo, sino que tienen que disponer ya en su balance de deuda pública (u otros activos que el BCE considere lo suficientemente sólidos) e intercambiarla por dinero. Algo parecido a cómo funciona una casa de empeños, con la diferencia de que es obligatorio desempeñar después. Es fácil ver que la operación que se plantea en el párrafo anterior no sólo no es posible sino que además es de una ingenuidad insultante. Todo esto sin mencionar los plazos... no es lo mismo un 1,25 con vencimiento a 3 meses que un 6,5% con vencimiento a 10 años... pero éste es un detalle menor.

Pero me temo que todo esto no importa nada. Si los argumentos son falaces buscaremos otros para apoyar la idea final de que en realidad los mercados financieros internacionales y la economía están dirigidas a coro por señores con chistera y fumando en puro y por los orcos de Mordor. No importa que todo el argumento se construya a base de mentiras. Espero que por lo menos alguien no se crea todo lo que lee. Tampoco lo que yo dejo escrito.

Si alguien está interesado en consultar cómo funciona ésto del sistema monetario europeo yo no soy ningún experto pero he utilizado como referencia los siguientes documentos:
y