A raíz de la declaración de hoy del FMI me preguntaba mi amigo Ambrosio (@Ambros_Liceaga) sobre el IVA y si en realidad era un impuesto regresivo. La conversación ha sido breve:
Y en esas estamos.
¿Qué entendemos por "progresividad" de un impuesto?¿Qué entendemos por un impuesto "regresivo"?
Diremos que un impuesto es progresivo cuando la proporción que pagamos de ese impuesto aumenta al aumentar la renta. Si una persona que gana 1.000 paga 100 de impuestos y una persona que gana 2.000 paga 220 de impuestos es un impuesto progresivo. Si la proporción fuese la misma (si el del 2.000 pagase 200) hablaríamos de un impuesto proporcional. Si la proporción cae hablamos de un impuesto regresivo.
La mayor parte de los países del mundo sostienen que sus ciudadanos contribuirán a las arcas públicas según su capacidad de pago y de forma progresiva. Aunque hay justificaciones de puro cálculo para defender la progresividad de un sistema fiscal el argumento principal suele ser un argumento político, de pura justicia redistributiva. El grado de progresividad sin embargo es una cuestión más discutida.
¿Por qué el IVA es regresivo?
Supongamos por un momento para no complicar la explicación que solo existe un tipo de IVA, el 10% (que es muy fácil de calcular y así no nos perdemos). Puesto que el IVA es un impuesto al consumo la cantidad satisfecha por IVA será directamente proporcional al consumo de cada cual. Si todo el mundo consume la misma proporción de su renta (pongamos un 80%) todo el mundo pagaría un 8% de IVA de modo que estaríamos ante un impuesto proporcional. Sin embargo es bien sabido que las personas de rentas más bajas tienden a consumir una proporción de su renta mayor mientras que las rentas altas destinan una mayor proporción al ahorro (con la renta disponible solo se pueden hacer dos cosas: consumirla o ahorrarla). Así pues si una persona de renta baja consume un 90% de su renta paga un 9% de IVA mientras que si se trata de una persona de renta más alta que consume un 70% sólo el 7% de su renta se dedicará a satisfacer el IVA.
Relajemos ahora el supuesto de un único tipo de IVA. De hecho tenemos varios tipos: algunas actividades como la educación van a tipo 0%, bienes "de primera necesidad" van a un tipo superreducido del 4% y luego tenemos un tipo reducido del 10% y otro general del 21%. La introducción de diferentes tipos pretende en principio corregir la regresividad del impuesto haciendo que recaiga un tipo mayor sobre aquellos productos que entran en una mayor proporción en las cestas de bienes de las rentas más altas. Hay también grupos de presión (empresarios y productores) que tratan de utilizar el tipo de IVA como un instrumento para favorecer a determinadas industrias sin atender a si el bien en cuestión es consumido principalmente por rentas altas medias o bajas. Véase por ejemplo la bronca con el IVA de los espectáculos culturales que son un producto consumido en mayor proporción por gente de rentas más altas. (¿A que ahora vemos el tema del "IVA cultural" de otra manera?).
Los tipos de IVA distintos intentan pues corregir el sesgo regresivo del impuesto pero hay que darse cuenta de que no discriminan realmente por renta sino que tienen más que ver con los patrones de consumo y en definitiva los gustos o las preferencias. El jamón de cinco "jotas" o el caviar son alimentos y van al 10% y los pañales van al 21%....
Pero has dicho que los impuestos deben ser progresivos y a la vez que el IVA mejor dejarlo así ¿Cómo se come eso?
Sí; opino que el sistema fiscal debe ser progresivo en su conjunto. Así por ejemplo lo recoge el informe Mirrlees "Tax by Design" que se puede encontrar aquí . El informe es un estudio realizado por un grupo de expertos para el Reino Unido donde se describe gran parte de lo que sabemos hasta la fecha sobre cómo establecer un sistema impositivo óptimo ("obtener del ganso el mayor número de plumas con el menor número de graznidos") si se pudiera hacer desde cero. El informe es una lectura interesante además para conocer los efectos deseados e indeseados de cada forma de tributación. Que el sistema fiscal sea progresivo para alcanzar los objetivos de redistribución deseados se puede conseguir diseñando bien el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas y dejando un IVA lo más neutral posible.
Establecer un sistema de IVA progresivo tiene más inconvenientes que ventajas. Antes he señalado que al no establecerse directamente sobre la renta sino sobre las pautas de consumo penaliza o beneficia a determinadas personas dependiendo de algo tan arbitrario como sus preferencias personales. Pero eso no es lo peor. El problema es que cada vez que discriminamos productos colocándoles tipos de IVA distintos estamos distorsionando el sistema de precios y enviando señales erróneas al sistema productivo. No olvidemos que el principal problema que resuelve el sistema económico es el de qué producir. Pongamos un ejemplo sencillo para que se entienda lo que quiero decir:
Supongamos que mi amigo Ambrosio es recolector de setas. Todas las mañanas se levanta y se va al monte, coge una cesta de setas del tipo que sea y vuelve a mediodía al mercado donde las vende. Supongamos que hay dos tipos de setas las rojas y las amarillas que se encuentran en lugares distintos, de modo que por la mañana ha de decidir si va a coger setas rojas o amarillas. Supongamos que ambos tipos de setas son igual de fáciles de encontrar. Supongamos ahora que el precio de las setas amarillas es más alto: Ambrosio se levantará por la mañana y con el mismo esfuerzo traerá setas amarillas ya que son las que recompensan mejor su trabajo. El hecho de que las setas amarillas sean más caras cuando cuesta lo mismo producirlas nos permite deducir que a la gente le gustan más. Pagando un precio más alto por ellas estimulan a los buscadores de setas a buscar las amarillas y a dejar las rojas. Imaginemos que decidimos poner un impuesto (IVA) a las setas amarillas, que no lo olvidemos, son un producto más caro que las rojas. El precio de las setas amarillas subirá (haciendo que menos gente las demande) al mismo tiempo que el precio percibido por ellas por parte de Ambrosio bajará (para una explicación de este fenómeno ver mi entrada aquí ). La situación final es que hay gente comiendo setas rojas en lugar de amarillas que les gustan más y que a su coste de producción podrían permitirse. Este fenómeno llevado a la escala de toda la economía implica unas enormes pérdidas de eficiencia y bienestar: se produce lo que sale barato fiscalmente y no los que los consumidores querrían dado su coste real de producción.
Conclusión
El IVA es un impuesto a priori regresivo. Es una mala herramienta para la redistribución y su manipulación indiscriminada distorsiona las señales que el sistema de precios envía desde los consumidores a los productores. Tipos distintos de IVA para distintos productos son la herramienta perfecta para que los lobbies de productores intenten favorecer sus productos. Para garantizar la progresividad del sistema fiscal en su conjunto y alcanzar los objetivos redistributivos que en cada momento se fijen es mejor utilizar el IRPF; es mucho más justo y eficiente.