"Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo." Abraham Lincoln
Estoy a punto de terminar el libro "Thinking fast and slow" de Daniel Kahneman. Es la enésima lectura reciente sobre temas cercanos a lo que se ha dado en llamar behavioral economics o ¿Economía conductista?.
El libro es interesante y recomendable. Espero dentro de poco poder hacer alguna reseña de algunas de las cosas más curiosas que he encontrado en el mismo. Sin embargo, cuanto más leo y más profundizo (en la medida de mis posibilidades, dicho sea ésto con toda humildad) más escéptico soy respecto a la potencialidad de la Economía conductista para explicar nada.
Por un lado, parece evidente que el ser humano tiene sesgos cognitivos que hacen que determinadas decisiones sean aparentemente no-racionales. Sobre todo, esto es evidente cuando aparece el concepto de probabilidad: nuestro cerebro es muy malo evaluando probabilidades. Y ya cuando se coge a una cuadrilla de estudiantes, se les mete en un laboratorio y se les pregunta si prefieren
A- Una probabilidad de 11/36 de ganar 160 euros y 25/36 de perder 15, o
B- Una probabilidad de 35/36 de ganar 40 euros y una probabilidad de 1/36 de perder 10.
pueden contestar cualquier cosa. Probablemente esto sirva para aprender cosas sobre el comportamiento individual del ser humano, pero seguramente poco tiene que ver con el comportamiento de ese mismo ser humano frente a una mesa de ruleta en Las Vegas o sobre el efecto en el precio de los huevos de la aplicación de una normativa sobre bienestar animal.
Hay también otro tipo de fenómenos (heurística afectiva, efecto anclaje, y muchos otros) que "sesgan" las decisiones de las personas desviándolas de los que sería una racionalidad perfecta. La cuestión es si ese sesgo individual afecta a la evolución colectiva de grandes grupos de personas que la economía tradicional estudia. Si el sesgo siempre es del mismo signo, tal vez sí. Por ejemplo, la ilusión monetaria que defienden algunos autores que se esconde tras la curva de Phillips. En mi opinión eso es tanto como decir que sí se puede engañar a todos todo el tiempo contradiciendo a Lincoln. Si por el contrario, el sesgo es individual y depende de las condiciones personales de cada uno, esto cae en el ámbito de la psicología y en Economía sencillamente se traducirá en una mayor fuente de ruido aleatorio en los modelos.
De la misma manera que no creo que los avances en el conocimiento de cómo se comporta una partícula subatómica individual aporten nada a la dinámica de Newton, creo que los principales resultados de la Economía son robustos frente a la hipótesis de racionalidad de partida. Una cosa es que modelemos el comportamiento de un agente individual para extraer las variables relevantes (una ficción, como la masa puntual de los problemas de dinámica) y otra cosa es que digamos que todo el mundo se comporta de forma individual según el modelo.
Siguiendo con el ejemplo de la dinámica de Newton, podríamos concluir que en algunos casos falla estrepitosamente. En concreto cuando los electrones están orientados en la misma dirección podría ocurrir que un objeto, lejos de verse atraído hacia el suelo por la gravedad subiera hacia arriba para adherirse a un tejado de chapa... En este caso, el sesgo individual, sería aplicable a todo un colectivo, aparecerían nuevas fuerzas (magnetismo) y las predicciones en uno u otro caso serían completamente distintas.
De momento, en Economía, aunque no podemos negar que existan algunos fenómenos en los que el economagnetismo pueda tener su importancia, la mayor parte de los sucesos son como las manzanas cayendo del árbol: a veces por su peso estando maduras caen verticalmente y otras veces sometidas a fuertes vientos que hacen que caigan varios metros más allá incluso estando verdes. Un mejor conocimiento del magnetismo no nos va a ayudar a predecir mejor cuantas manzanas caerán del árbol al paso de un tornado. Mi escepticismo sobre la economía conductista es de la misma naturaleza. Puede ayudar a explicar alguna cosa, pero creo que su ámbito de aplicación es muy limitado.
De momento, aunque es divertido, creo que la Economía conductista está al nivel del siguiente video: