Hace ya unos años que formamos parte del "euro", de la Unión Económica y Monetaria. El diseño del euro requirió una serie de fases durante las cuales los países que aspiraban a formar parte de él (y algunos que se añadieron posteriormente) se comprometían a hacer converger sus economías hacia unos determinados objetivos. Es como si te dicen que para subir a un tren en marcha primero tienes que acercarte los suficiente al vagón y ajustar tu velocidad a la del tren. Hasta ahí, nada raro.
Una vez dentro del euro todos los estados miembros se comprometen a mantener un nivel de deuda pública por debajo del 60% del PIB y un límite para el déficit público del 3%. La idea es tratar de lograr que la UEM funcione de forma armónica. En román paladino, ya que vamos a pagar a escote debemos asegurarnos de que todo el mundo pide cosas del menú, y no de la carta. De hecho existe un procedimiento de déficit excesivo que debe velar por la observancia de la norma y que prevé incluso la imposición de sanciones financieras a los países que lo incumplan. España incumple. Lo mismo que casi todos los demás países de la Unión. Pero... ¿importa algo?. ¿No son esos parámetros meras cifras que "no salen de ninguna ecuación"? Vamos a tratar de arrojar algo de luz sobre el asunto:
Una de las consecuencias de la actual crisis ha sido el crecimiento espectacular de la deuda pública española como puede verse en el siguiente gráfico:
El nivel del 60% del PIB se alcanzó a tiempo (1999) y continuó descendiendo durante el resto de la legislatura de Aznar y la primera de Zapatero, hasta que nos metimos en esta "desaceleración transitoria ahora más intensa". Y estamos más que sobrepasados.
Pero más allá de los compromisos internacionales ¿tiene la más mínima importancia el nivel absoluto de deuda pública?. La siguiente expresión relaciona algunas de las principales magnitudes (esto es un guiño para alguien que me dijo que "no hay ninguna fórmula"):
Donde bt es el porcentaje de la deuda pública respecto al PIB en el momento t. dt es el déficit primario, esto es, el déficit una vez descontados los intereses de la deuda. En el quebrado, el numerador (1 + it) representa el pago de intereses de la deuda en el período t, pero hay que dividirlo por lo que crece el PIB durante ese mismo período y que viene representado en el denominador. El primer paréntesis recoge la subida de precios (π = deflactor del PIB) y el segundo el crecimiento real (G). (El producto de los dos da el crecimiento nominal del PIB). El último término εt es un término para corregir efectos de imputaciones temporales, vencimientos, etc. (Por ejemplo, el gobierno puede emitir deuda el 28 de diciembre para hacer frente a gastos que computen en el déficit de enero).
Si introducimos la ecuación anterior en una hoja de cálculo y damos valores a los parámetros cercanos a los que se esperaban en aquel momento veremos como ese nivel de déficit y deuda son estables a largo plazo. Si el objetivo de inflación del BCE es del 2%, el crecimiento real del PIB se podía calcular en el entorno de otro 2% y el tipo de interés de la deuda en torno al 4% es fácil ver que se podía sostener un déficit permanente del 3% sin que la deuda excediera el 60%.
Vale. Niveles del 60% de deuda y del 3% de déficit son compatibles con una cierta estabilidad, pero también pueden serlo otros.
La gráfica muestra el crecimiento relativo de un país en relación a los de su entorno dependiendo de su nivel de deuda pública respecto al PIB. (En realidad no es tan sencillo ya que cogen el crecimiento de los 15 años posteriores a que el país alcance cada nivel de deuda). La linea azul representa episodios de países cuya deuda crecía al alcanzar cada nivel de deuda y la roja los que alcanzaban ese nivel en una tendencia decreciente.
Los datos parecen mostrar que niveles reducidos de deuda (por debajo del 40%) están asociados con mayores tasas de crecimiento. Hay también niveles de deuda elevados con tasas de crecimiento elevadas en países cuyo nivel de deuda (alto, en torno al 100%) estaba descendiendo. En todo caso, el crecimiento es más alto en países con niveles de deuda decrecientes y parece claro que a partir de un determinado nivel de deuda (entre el 50 y 60%) éste supone un lastre económico importante.
Los datos del FMI se refieren a multitud de países y son episodios de un amplísimo período de tiempo. ¿Son así las cosas también en la Eurozona y en el siglo XXI?. Una respuesta puede hallarse en el working paper del Banco Central Europeo "DEBT AND GROWTH NEW EVIDENCE FOR THE EURO AREA" y que puede descargarse aquí. Lamentablemente este artículo no tiene ningún bonito gráfico que insertar y es un poco aburrido pero puedo resumir las conclusiones:
Una vez dentro del euro todos los estados miembros se comprometen a mantener un nivel de deuda pública por debajo del 60% del PIB y un límite para el déficit público del 3%. La idea es tratar de lograr que la UEM funcione de forma armónica. En román paladino, ya que vamos a pagar a escote debemos asegurarnos de que todo el mundo pide cosas del menú, y no de la carta. De hecho existe un procedimiento de déficit excesivo que debe velar por la observancia de la norma y que prevé incluso la imposición de sanciones financieras a los países que lo incumplan. España incumple. Lo mismo que casi todos los demás países de la Unión. Pero... ¿importa algo?. ¿No son esos parámetros meras cifras que "no salen de ninguna ecuación"? Vamos a tratar de arrojar algo de luz sobre el asunto:
Una de las consecuencias de la actual crisis ha sido el crecimiento espectacular de la deuda pública española como puede verse en el siguiente gráfico:
El nivel del 60% del PIB se alcanzó a tiempo (1999) y continuó descendiendo durante el resto de la legislatura de Aznar y la primera de Zapatero, hasta que nos metimos en esta "desaceleración transitoria ahora más intensa". Y estamos más que sobrepasados.
Pero más allá de los compromisos internacionales ¿tiene la más mínima importancia el nivel absoluto de deuda pública?. La siguiente expresión relaciona algunas de las principales magnitudes (esto es un guiño para alguien que me dijo que "no hay ninguna fórmula"):
Donde bt es el porcentaje de la deuda pública respecto al PIB en el momento t. dt es el déficit primario, esto es, el déficit una vez descontados los intereses de la deuda. En el quebrado, el numerador (1 + it) representa el pago de intereses de la deuda en el período t, pero hay que dividirlo por lo que crece el PIB durante ese mismo período y que viene representado en el denominador. El primer paréntesis recoge la subida de precios (π = deflactor del PIB) y el segundo el crecimiento real (G). (El producto de los dos da el crecimiento nominal del PIB). El último término εt es un término para corregir efectos de imputaciones temporales, vencimientos, etc. (Por ejemplo, el gobierno puede emitir deuda el 28 de diciembre para hacer frente a gastos que computen en el déficit de enero).
Si introducimos la ecuación anterior en una hoja de cálculo y damos valores a los parámetros cercanos a los que se esperaban en aquel momento veremos como ese nivel de déficit y deuda son estables a largo plazo. Si el objetivo de inflación del BCE es del 2%, el crecimiento real del PIB se podía calcular en el entorno de otro 2% y el tipo de interés de la deuda en torno al 4% es fácil ver que se podía sostener un déficit permanente del 3% sin que la deuda excediera el 60%.
Vale. Niveles del 60% de deuda y del 3% de déficit son compatibles con una cierta estabilidad, pero también pueden serlo otros.
¿Hay algo más en relación al nivel del 60%?
Pues parece que sí. Traigo aquí dos referencias recientes. La primera de ellas aparece en el último informe del Fondo Monetario Intenacional que se puede encontrar aquí. En la página 108 aparece el siguiente gráfico:
La gráfica muestra el crecimiento relativo de un país en relación a los de su entorno dependiendo de su nivel de deuda pública respecto al PIB. (En realidad no es tan sencillo ya que cogen el crecimiento de los 15 años posteriores a que el país alcance cada nivel de deuda). La linea azul representa episodios de países cuya deuda crecía al alcanzar cada nivel de deuda y la roja los que alcanzaban ese nivel en una tendencia decreciente.
Los datos parecen mostrar que niveles reducidos de deuda (por debajo del 40%) están asociados con mayores tasas de crecimiento. Hay también niveles de deuda elevados con tasas de crecimiento elevadas en países cuyo nivel de deuda (alto, en torno al 100%) estaba descendiendo. En todo caso, el crecimiento es más alto en países con niveles de deuda decrecientes y parece claro que a partir de un determinado nivel de deuda (entre el 50 y 60%) éste supone un lastre económico importante.
Los datos del FMI se refieren a multitud de países y son episodios de un amplísimo período de tiempo. ¿Son así las cosas también en la Eurozona y en el siglo XXI?. Una respuesta puede hallarse en el working paper del Banco Central Europeo "DEBT AND GROWTH NEW EVIDENCE FOR THE EURO AREA" y que puede descargarse aquí. Lamentablemente este artículo no tiene ningún bonito gráfico que insertar y es un poco aburrido pero puedo resumir las conclusiones:
- Por debajo de un 67% (con un intervalo entre 63 y 69 al 90% de confianza) la deuda pública tiene un impacto positivo en el crecimiento a corto plazo.
- Por encima del 95% (entre 80 y 100) el impacto de la deuda pública es negativo sobre el crecimiento
- El impacto positivo del estímulo fiscal decrece rápidamente en la medida que el nivel se acerca al 67% pudiendo llegar a ser negativo.
- La evidencia presentada parece indicar que estímulos fiscales (keynesianos) serían efectivos para niveles bajos de deuda pública e inútiles a partir de niveles en los que nos encontramos.
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